Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos; ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”.
Siempre quise tener mi propia obra, nunca supe por donde arrancar, ni hacia donde ir; pero la primera vez que encontré y leí esto en un viaje me di cuenta que utopía era mi vida. Supe exactamente en ese preciso momento que me había enamorado de algo inalcanzable, sin embargo suficientemente tolerable para ser parte de mí.
Arranque de la revista la hoja dónde estaba mi querida utopía, hice un bollito con mi vida y la guardé para compartirla con una persona muy especial; cuando se la quise dar la había perdido. Nunca me importó, en el fondo sabía que la llevaba conmigo. Y aca estoy publicando unas pobres letras que escribí, esta simple persona soy yo.
Me considero un artista desde el instante que cumplí los 10 años y comenzé a escribir. La persona que más quiero en el mundo me dijo que si de verdad quiero que me conozcan, y a su vez me den a conocer, tengo que empezar a mostrar un poco de esa utopía.
Hoy te comparto este humilde blog, ojalá mañana sea un poco de mi corazón. Tengo 20 años y estoy llena de cosas por decir, secretos que debo seguir guardando, una realidad en la que no creo y una ilusión que sigo ciegamente. Ojalá mi mundo te identifique porque no estoy dispuesta a cambiarlo.
Esta página se la dedico a Santiago Charriere para siempre.
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