jueves, 17 de abril de 2008

EL TIEMPO

Desde pequeña cuando me lastimaba físicamente la gente solía decirme que si dejaba pasar un tiempo se me iba a curar. Yo dejaba pasar 5 minutos, y el dolor seguía estando, recién al otro día sin darme cuenta se me pasaba.
En mi adolescencia las heridas ya no eran solo físicas sino emocionales pero la gente seguía diciéndome que si dejaba pasar un tiempo las heridas iban a desaparecer. Yo deje pasar un mes, las heridas no se iban. Costo un poco pero finalmente al año me desperté y ellas se habían ido.
Después fui creciendo un poquito más y ya en ese entonces descubrí que el dolor venia en diferentes ofertas de tamaño y cuanto más grande era, más se sentía. Me di cuenta que si no había podido evitarlo hasta ese momento no iba poder evitarlo nunca. La única solución era aprender a manejarlo y a esperar que se vaya; mi problema era la ansiedad, no tenia paciencia para esperar el tiempo que la gente nombraba, yo solo me enfocaba en ponerle fecha y horario de pasantía. Entonces decidí empezar a ver el tiempo como a una persona a la que se debe conocer; A una persona se la conoce de a poco sin apuro, sin presión y se le da una oportunidad antes de juzgarla. Yo le di una chance al tiempo para que entre en mi vida a curar todas ese dolor que alguna vez me habían dejado; y así el se encargo de darle un motivo a mi espera, su propio trabajo.
Finalmente supe ver que el tiempo no cumplía una estadía en mi camino, sino que era parte de mi pasado, presente y futuro. Aprendí que el tiempo no te cura, te calma; te calma de a poco hasta derretir el dolor y dejar una marca. Las marcas son cicatrices que no se borran porque cuentan una historia; cicatrices que ya no molestan dándote punzadas en el alma, porque el tiempo se encargo de mantenerlas trazadas en mi piel o en mi recuerdo.
No hay límite de tiempo que me asegure un mar sereno, ni un incontrolable terremoto; pero hay un tiempo seguro, que es el que viaja, se hace esperar y llega. No importa cuanto lejos este, ese tiempo nunca se olvida de nosotros ni nos hace mal; ese tiempo es oportuno, sincero y necesario para darnos cuenta que lo que ayer nos lastimaba hoy es solo una marca. Mi marca.

No hay comentarios: