lunes, 13 de julio de 2009

Situaciones Incomodas

Como me molestan ciertas circunstancias de la vida donde por ejemplo:

Uno se cruza a un conocido, pero no tan conocido, ya que una vez cumplido el cordial saludo, surge la intrigante pregunta: ¿De qué le hablo? Y ahí comienza el nefasto diálogo:
- ¿Todo bién?
- ¿si vos? ¿estás estudiando?
- Si Publicidad, ¿vos?
- (sin saber si preguntar algo más sobre su estudio o responder lo anteriormente preguntado) Ah ¿enserio? Y ¿en dónde?
- etc.
Vamos a misa y en el momento del saludo de la paz, empezamos a chocarnos entre nosotros porque no sabemos si darle un beso al de al lado, al de en frente, al de atrás y el terrible cuestionamiento de ¿a este, le doy o no le doy? Porque capaz le voy a dar y el justo le va dar a otro.
Vas al doctor, esperas tu turno, hasta que el doctor pronuncia tu nombre y te hallas en su puerta sin saber si saludarlo con la mano, con un beso, o ¿con qué?? Es simplemente un humano porque carajo existe esa pregunta siquiera.
Una te pregunta: “¿me bancas en un preboliche con los amigos de Tato? (el chico que le gusta) y resulta que en el momento del acto el hijo de puta de Tato te tira un chamuye a vos y adelante de ella. Y cuando no sucede esto, pero por el contrario nadie se habla y sólo pensás por a dentro "Por favor que Pepita rompa el hielo". Pero claro cuando Pepita rompe el hielo, tenés que lidiar con que rompa cualquier tipo de código.
¿Y cuando dijiste algo que no tendrías que haber dicho? Y justo en ese fucking instante que está saliendo de tu boca ya te diste cuenta de la dimensión de tu error. Lo peor de eso es cuando todos te miran fijo, y a vos te dan ganas de decirles: “ya me di cuenta hermanos, dejen de mirarme”.
El silencio. Dicen que lo explica todo, pero realmente cuando sucede, ¿no te dan ganas de morirte? ¿Desaparecer? ¿Simplemente no estar…?. Y dentro de esta categoría se encuentra por supuesto aquella pregunta que nunca te contestaron y convivís eternamente con la duda de si te habrán escuchado, o si fue una boludéz haberlo preguntado en primer lugar.
¿Alguno de los que está leyendo esto trabaja? Y en ese caso ¿no es un parto la situación donde uno tiene que pedir permiso para “algo” donde ese algo signifique estar ausente? No sé ustedes pero yo la paso como el orto. Dejás pasar los días, y cada día donde decidiste pedirlo, lo dejás para lo último. Hasta que te encontrás en el borde del tiempo estimado para realizar el pedido (un día antes del día que debes realizar ese “algo”). Entonces, vas con las bolas en la garganta y finalmente cuando lográs que las palabras salgan de la cárcel, te dicen: “¿Por qué no me avisaste antes? Esas cosas me las tenés que decir con anticipación….”
Si alguna vez hiciste dedo debes entender lo feo e indescriptible que es cuando te levanta alguien que no esperabas o que no buscabas o que NO QUERÍAS!!!!
¿Y cuando lo hace alguien que no te habla? Nuevamente la presencia del silencio.
Estás viendo una película con tus papás o con alguno de los dos, y aparece una escena de sexo y pensás por favor que se corte la luz o que se cambie de canal. No necesito aclarar lo terrorífico que es cuando el momento lo comparte también tu novio.
Mandar un mensaje de texto a un destinatario equivocado, y darte cuenta que lo mandaste recién cuando te lo contestan, y el que te lo contesta es justamente el protagonista del mensaje.
Cuando hablas mal de alguien con una persona y esa persona es la prima, la hermana, o la novia y no encontrás un hoyo suficientemente “enorme” como para meterte adentro.

Y pensar que estos son solo ejemplos ¿no?

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