viernes, 30 de mayo de 2008

Creciendo

Cuando vas creciendo aprendés que en la vida todo el tiempo hay que elegir entre el bien y el mal; y que no elegir también es una opción.
Con el paso del tiempo descubrís cosas que antes ignorabas y notás cuanto te equivocabas.
Van pasando las estaciones, y mientras los años se vencen, te das cuenta que no sos absolutamente todo lo que esperabas ser. Actúas sin explicación, los hechos empiezan a valerse por si mismos, te encuentran y perdés el rastro de tu destino.
Empezás a entender que lo impredecible y lo espontaneo le da más luz a tu vida pero te limitás en el terreno de lo seguro.
Entre relación y relación vas conociendo a las personas y ves que no todas son iguales, ni entre ellas ni a uno; eso no quiere decir que sean mejores o peores, simplemente diferentes. Solo en ese momento comprendés que uno puede dar mucho más de lo que le dan, sin pretender nada a cambio.
Te encontrás con que las facturas tarde o temprano llegan y que si no las pagás te condenan.
Creciendo empezás a mirar a la gente simple que te quiere y que no le habías dado el papel que se merecía, a los que te escuchan aunque no les guste lo que les estas diciendo, que te respetan aunque no se los pidas.
Atravesás un invierno frío sin nada que te abrigue, y solo justo ahí percibís que no todo es como tiene que ser; que te pueden pasar una y otra vez cosas que te hacen mal pero sin embargo continuas, seguís hasta donde podés, solo para estar seguro que diste lo máximo de vos mismo.
Y así vas creciendo mucho más que centímetros, creces espiritualmente para llegar alguna vez a eso que esperabas ser.
A la hora de buscar trabajo, comenzás a presentir que no es tan fácil como te lo imaginabas; observás como alguna gente te pasa por arriba sin siquiera hojear lo que presentabas. Entonces todo ese tiempo que ibas a ocupar en horas de trabajo, se te viene encima y no sabes como manejarlo.
Los zapatos te aprietan, buscas un hombro para descansar y ves que todos estaban cuando te los ponías para ir a bailar; pero que ahora los zapatos se extinguieron y el apoyo se fue con ellos.
Entonces comenzás a valorarte por vos misma, a darte cuenta que si no haces algo por vos, no lo va hacer nadie. Pero así tu primer logro lo disfrutás el doble porque esta vez sabes muy bien con quien festejarlo y con quien no.
Creciendo terminas eligiendo sin siquiera darte cuenta, pensás que la vida elige por vos pero solo vos las vas escribiendo.
Publicada en Revista Cuatro Barrios.

No hay comentarios: